La intención de participar de los proyectos de ciudades inteligentes del mundo no ha dejado afuera a ningún continente. Aquí en Utopía Urbana hemos repasado casos diversos como los de Songdo (Corea), Masdar City (Emiratos Arabes), NEOM y Oxagon (Arabia Saudita), Woven City (Japón) y hasta el caso de 4 ciudades mexicanas, entre otros.
Aunque claro, algunos de ellos han presentado más dificultades a la hora de lograr establecer sus creaciones. Tal es el caso de Konza Technology City, la ciudad inteligente impulsada por el gobierno de Kenia en África.
El proyecto nació por el 2008, mismo año que se dio a conocer el plan de acción, modernización y resiliencia del país conocido como Kenia Visión 2030 (Kenya Vision 2030, en inglés). La intención del estado africano era poder usar la ciudad como caballito de batalla y estrenarla en 2020, sin embargo, no fue algo que haya sucedido.
De hecho, pese a que un importante grupo inversionista iba a financiar el proyecto, hoy por hoy no se llegó ni a la mitad de su construcción. Solo hay tres edificios completos de los ocho planificados. Sin embargo, el gobierno keniata no parece alejarse de esta iniciativa.
Con unas 2.000 hectáreas destinadas a este proyecto, buscan desarrollar “una red de tecnología de la información y la comunicación urbana integrada que respalda la prestación de servicios urbanos conectados y permite una gestión eficiente de esos servicios a gran escala».
Como suele suceder con otras capitales inteligentes del mundo, la pensaron como la exclusiva zona económica de la región, un lugar donde las empresas puedan desarrollar sus producciones. En el caso de esta ciudad africana, se estima que se generarán unos 20.000 puestos de trabajo y una amplia red de telecomunicaciones jamás vista a nivel mundial.
Además, la esperanza de los constructores de Konza es convertirla en una ciudad transitable, con barrios residenciales, hoteles y universidades que permitan un gran desarrollo social en la región e impulse al país al top de profesionales.
De hecho, pese a la lentitud de su obra, se espera que la ciudad integre una amplia red de dispositivos y sensores inteligentes que unifiquen el entorno urbano, las carreteras y los edificios de céntricos para generar mapas de la circulación en tiempo real y una advertencia en red sobre el consumo de energía y agua.
El principal objetivo es poder lograr, no solo una vida inteligente, sino también un modelo africano sustentable amparado en las energías verdes generando el menor impacto ambiental posible.
Konza, motor de cambio de Kenia
Claro que la intención del gobierno keniata no solamente es dar un giro hacia la sustentabilidad y la inclusión social, sino también poder generar un importante polo productivo y económico en la región, donde además se desarrollen actividades laborales y educativas que sirvan para el progreso de los keniatas.
Por esta misma razón buscan construir un campus universitario, algo que hoy en día no existe en el país, que se centre en la investigación y la tecnología. Además, buscan establecer varias industrias en Konza para impulsar la actividad económica.
De hecho, valga la redundancia, la designaron como una “zona económica especial”, para captar inversiones extranjeras que permitan el desarrollo de la región a niveles nunca antes vistos en el continente.
Según anunciaron en un comunicado, el objetivo del plan nacional Kenya Visión 2030 es” lograr un país de ingresos medios y de reciente industrialización que ofrecerá una alta calidad de vida a todos sus ciudadanos en un entorno limpio y seguro».
Proyecto estancado
Nadie duda que soñar y planificar este tipo de ciudades es algo de suma importancia para las regiones que buscan desarrollar su estructura a gran escala. Sin embargo, tampoco hay dudas sobre la inmensa inversión que hay que hacer para desarrollarlas.
Konza, de hecho, tiene un coste estimado de US$ 14.500 millones, una cifra estratosférica que estancó la construcción y planificación del proyecto. Según los planes iniciales el estado nacional había prometido financiar el 10% de ese total destinado a la construcción de edificios, mientras que la inversión privada se encargaría de gestionar oficinas, barrios residenciales, hoteles y universidades.
Sin embargo, pese a la dificultad de lograr la financiación, para el año 2012, cuatro más tarde de la planificación y gestión de Konza, la Comisión Nacional de Tierras (NLC), encargada de administrar terrenos públicos estableció un dificultoso procedimiento de adquisición que retrasó el proyecto.
Sin embargo, pese a que durante el último tiempo han llegado a decir incluso públicamente que la construcción de Konza estaba fuera de los planes, durante los últimos dos años se completó, en 2019, la construcción del complejo Konza, un edificio mixto que albergará oficinas, una sala de conferencias y un hotel. Además, en el 2021 se completó la primera fase del Centro Nacional de Datos, donde se encontrarán los ministerios gubernamentales.
Por otro lado, pese a los inconvenientes, todo parece indicar que se completará la fase final del desarrollo de la infraestructura horizontal. Además, se ha avanzado en la construcción de rutas, servicios públicos y la instalación del sistema de recuperación de agua con una inversión final de US$ 800 millones. Actualmente, el proyecto está enfocado en el desarrollo de la infraestructura horizontal, de la que se ha completado aproximadamente un 50% y se espera que finalice en diciembre de 2021. Entre otros, se ha avanzado en la construcción de carreteras, el corredor de servicios públicos y la instalación de un sistema de recuperación de agua.