Lab.Bahía es el “Laboratorio para la Participación Ciudadana, la Innovación Democrática y el Gobierno Abierto” de la ciudad de Bahía Blanca en la provincia de Buenos Aires, Argentina. Creado a inicios de 2020, el laboratorio público quedó inmerso sorpresivamente en una pandemia mundial que modificó todos sus planes y proyectos al poco tiempo de nacer. Pero su respuesta fue rápida y expeditiva:
“Tuvimos que cambiar el rumbo y dejamos un poco de lado los proyectos que teníamos para poner el Lab a disposición del municipio. De ahí surgieron un montón de cuestiones: programas, aplicaciones, propuestas y demás soluciones en un contexto pandémico”, dice Ana Doria, Especialista en Estrategias de Comunicación Digital en Política, Gobierno e Instituciones y Directora de Lab.Bahía.
-¿Qué acciones concretas llevaron a cabo frente a la pandemia de COVID?
Desarrollamos los datos COVID por ejemplo, que eran super necesarios y lo hicimos en el momento en que empezó a haber casos. Creamos una categoría sobre el COVID en el portal de gobierno abierto y ahí empezamos a abrir y publicar todos los datos, que era muy necesario para calmar la ansiedad y la incertidumbre. También hicimos el panel de visualización de los datos para organizar un poco y para ayudar a interpretar la información. Los hospitales mandaban un PDF con información amontonada y nosotros la tradujimos.
Además hicimos otras cosas relacionadas a la innovación, la tecnología y la participación. Por ejemplo voluntariados con la ciudadanía para generar canales de difusión y comunicación con información segura sobre la pandemia. También diseñamos aplicaciones trabajando en conjunto con universidades, el sector privado y el municipio.
-¿Cuáles son sus principales ejes de acción en la actualidad?
Hoy en el Lab trabajamos fuertemente 3 ejes: gobierno abierto/ datos abiertos en términos de transparencia, participación ciudadana y también los ODS 2030. Estos son nuestros 3 temas que están super relacionados unos con otros. Si trabajamos los ODS, lo hacemos con una perspectiva inclusiva e integral, y la participación y los datos abiertos van de la mano.
Este año ya retomamos el rumbo de trabajar bien la participación ciudadana y continuar con las políticas de gobierno abierto y datos abiertos, nos volvimos a organizar.
Una referencia nacional
La ciudad de Bahía Blanca se viene destacando hace varios años respecto a sus políticas de gobierno abierto y gracias a sus avances en transparencia y publicación de datos en su portal. La creación del laboratorio de innovación se enmarca dentro de estas políticas y toma gran parte de esa trayectoria para su conformación.
Estos logros fueron reconocidos por la ONG Open Data Foundation en su Índice de Datos Abiertos de Ciudades de Argentina, donde ubican a Bahía Blanca en primer lugar junto a Crespo (Entre Ríos) y General Pueyrredón (Buenos Aires).
–A partir de su trayectoria y logros en materia de gobierno abierto, ¿qué pasos quieren seguir dando desde el Lab.Bahía?
Bahía es uno de los primeros municipios en apertura de datos. Tiene una trayectoria larga y contínua en el tiempo y queremos reforzarla. Por eso, uno de nuestros objetivos es ampliar la ordenanza de gobierno abierto, que es bastante innovadora respecto a la cantidad de datos abiertos que exige, pero el desafío es no solo quedarnos con los datos abiertos en sí, sino preocuparnos por la visualización de esos datos. Eso empezamos a desarrollar el año pasado.
Queremos que el 100% de la comunidad pueda entender la información y por eso nos preocupamos por su visualización, hacia allí vamos. Seguimos abriendo datos pero los vamos interpretando para que la mayoría de la gente los entienda.
“Queremos que el 100% de la comunidad pueda entender la información y por eso nos preocupamos por su visualización”
En general se descargan en planillas CSV pero cuando nosotros los expresamos en gráficos es otra cosa. Los datos son los mismos pero le estamos hablando a más público. Eso hizo la diferencia para conseguir el primer puesto en el índice de Open Knowledge Foundation.
-¿Cómo ven las respuestas de los vecinos en relación a los datos abiertos y los espacios de participación? ¿Es una cultura que necesita ser estimulada?
Sí, totalmente, de nada sirve abrir los datos si no promovés que los usen y los vayan a buscar. El público que, en general, va a buscarlos es del periodismo y del mundo académico, pero hay que promover más su uso por fuera de esos círculos.
Hay 2 cosas importantes para que funcionen las políticas de gobierno abierto: la voluntad política de abrir los datos y mostrarlos y la difusión de esa información. No solo abrir sino también contar. Necesitamos las dos partes para que haya mayor transparencia y calidad democrática.
Respecto a la participación, es un gran desafío empezar a incorporar a la ciudadanía en la construcción de políticas públicas. Ya sea para diseñar un espacio público como para escuchar sus demandas. Es un trabajo súper enriquecedor.
“De nada sirve abrir los datos si no promovés que los usen y los vayan a buscar”
Puede haber instancias de consulta y otras de construcción conjunta. Cada tema tiene el proceso de participación específico según sus características y según el barrio involucrado.
Por ejemplo, hoy a la mañana dos vecinas hablaron con la Secretaría de Espacio Públicos porque querían que se haga una plaza en un espacio público inutilizado. La secretaría se comunicó con nosotros para que dialoguemos con ellas y fuimos a reunirnos. Lo que les propusimos es hacer un taller para pensar la plaza en conjunto. Nosotros les contaremos lo que se puede hacer y ellos eligirán en base a las opciones. Entonces esa plaza será de calidad y pensada para hoy y el futuro, eso es construir en conjunto.
Salen resultados muy buenos y el diálogo es muy importante para eso, sin exigencias ni demandas, conversando. Y la participación no es para validar acciones de gobierno, nosotros cocreamos
-¿Cómo se da la articulación con otras áreas?
Nuestro Lab es transversal a la municipalidad y tenemos que hacer un trabajo interno grande para articular con todas las áreas. Las áreas deberían comunicarnos sus datos para que los publiquemos, pero estas prácticas rompen con la vieja política y cuesta instalarlas. Sumamos a la ciudadanía y otros actores en el escenario. Abrimos muchas puertas y eso a veces genera resistencia por desconocimiento o miedo.
“Abrimos muchas puertas y eso a veces genera resistencia por desconocimiento o miedo”
Y la confianza se logra cuando se ven los resultados. Cuando los datos están abiertos, son públicos y visuales se genera una buena imagen y aportan a la calidad de la democracia
Lo mismo con la participación, si vas a un barrio y ponés la plaza que vos querés sin construir con la ciudadanía, no va a funcionar. Si la construís en conjunto perdura en el tiempo y los resultados son mejores. Eso es clave para generar confianza en estas políticas.
-Más que nada en un momento de crisis económica y falta de confianza de la gente en los políticos ¿no?
Sí, hay una crisis del sistema político y de representatividad y la pandemia dejó expuesto que solos y solas no podemos, Sino trabajamos en equipo, colaborativamente y con inteligencia colectiva, no llegaremos a ningún lado.
-En este sentido ¿cómo articulan con otros municipios, provincias y el gobierno nacional?
El compartir experiencias es fundamental, por suerte quienes estamos en estos espacios las compartimos mucho. A nosotros nos llaman un montón para hablar de los datos y nuestros sistemas. Y yo podría hablar con Rosario para que nos comparta sus experiencias de participación o con Neuquén para que nos cuente sus dinámicas de talleres. Obviamente todo lo que se tome debe estar adaptado a la coyuntura y la idiosincrasia de cada lugar.
También es fundamental que haya áreas nacionales que incentiven este tipo de conversación e intercambios entre municipios y provincias. Participamos de la Mesa Federal de Participación Ciudadana y también estamos en el Programa Federal de Gobierno Abierto que son instancias muy importantes para compartir y aprender.
“La legitimidad hay que acompañarla con la legalidad”
Nuestro proyecto en el Programa es ambicioso. Queremos conseguir la ampliación de la ordenanza de gobierno abierto que tenemos porque habla casi totalmente de datos abiertos y queremos incorporar instancias de participación para institucionalizarlas y que estén dentro de la legislación local, que no quede en voluntades. Es muy importante la legalización e institucionalización de estos procesos para que no quede en la buena voluntad de quien dirige un área.
Además queremos incorporar los procesos participativos de una manera participativa, redactando la ordenanza junto a los funcionarios y concejales, como también con la comunidad, para que nadie quede afuera y todas las partes estén de acuerdo. Es ambicioso pero creemos que es el camino. La legitimidad hay que acompañarla con la legalidad.
Más allá del intercambio local ¿tomaron experiencias de laboratorios del exterior para adaptarlas a Lab.Bahía?
Yo estuve viviendo en Madrid y me contagié el espíritu de Medialab Prado, que fue de los primeros laboratorios de innovación. Tengo su cultura porque me capacité allí. Los talleres de inteligencia colectiva y las instancias de laboratorio ciudadanos los aprendí en Medialab y en Lab.Bahía tomamos algunas metodologías y dinámicas suyas. También tomamos su plataforma de participación. Pero todo lo adaptamos a los códigos bahienses.
Además conocí muchos laboratorios en Europa y Latinoamérica, así que tengo un bagaje grande de experiencias.
“Somos laboratorios y no una dirección de participación”
Hay que tener claro que la palabra de otra persona y sus vivencias suman a lo tuyo, ya sea por su formación profesional o por vivir en un barrio. Lo bueno es poder aplicar ese aprendizaje en lo local y el poder experimentar.
Por eso somos laboratorios y no una dirección de participación. Un laboratorio experimenta procesos que si funcionan se siguen replicando y, si no funcionan, se puede volver para atrás, mejorarlo y continuarlo. Ningún proceso participativo es igual al anterior, por eso hay que estar en constante prueba y extraer aprendizajes de cada instancia.