La necesidad de lograr una importante reducción en las emisiones de carbono a nivel mundial ha llevado a los distintos gobernantes a tomar medidas de acción directa para evitar la catástrofe ambiental que parece cada vez más cerca. En este contexto, en Auckland, Nueva Zelanda, establecieron un impuesto para los ciudadanos para la creación de una Tasa de Acción por el Clima (CATR, por sus siglas en inglés).
La iniciativa, propuesta por el alcalde Phil Goff, busca reducir la huella de carbono en una estrategia de doble acción. Por un lado, activar la gobernanza a disposición de la necesidad ambiental y por el otro hacer protagonista a la ciudadanía.
La intención es recaudar unos NZ$ 574 millones (dólares neocelandeses) en el transcurso de diez años, que representan alrededor de US$ 388 millones (dólares americanos). Esto se traduce en unos NZ$ 57 anuales por hogar en el país (o sea US$ 38), para financiar medidas directas como más autobuses eléctricos, transbordadores, medidores de la calidad de aire, bicicletas y paseos que inciten a la caminata y a la reducción de la huella de carbono de cada ciudadano.
“Mucho después de que COVID-19 deje de ser una gran amenaza para nosotros, habrá una crisis continua causada por el cambio climático; no podemos permitirnos posponer más la acción necesaria para evitar un desastre climático”, aseguró el alcalde Phil Goff ante la pregunta de la prensa.
Cabe destacar que no se trata de una medida impuesta sin el aval necesario y así lo dejó en claro el dirigente: ““El Consejo de Auckland votó por unanimidad para declarar una emergencia climática en 2019, y ya hemos comprometido NZ$ 15 millones adicionales al año para la acción climática a través de nuestro presupuesto de recuperación”.
Además, destacó la tarea que vienen realizando durante los años de su gestión y resaltó la necesidad de seguir avanzando en la toma de decisiones de políticas de este tipo: “No partimos de cero, pero también sabemos que no estamos haciendo lo suficiente. Un informe de progreso reciente sobre nuestro Plan de Acción Climática establece que las emisiones de Auckland no se están rastreando de forma remota en línea con nuestro objetivo de reducir las emisiones en un 50% para 2030 «.
Disposición de la financiación
Para evitar inconvenientes futuros, desde la alcaldía de Auckland ya tienen elaborado un plan de acción para la distribución de los fondos recaudados por el impuesto establecido a sus ciudadanos.
Por su parte, la creación de caminos para incentivar las caminatas y el traslado en bicicleta recibirá unos NZ$ 228 millones (US$ 154 millones). Se estima que establecerán un sistema de bicicletas públicas y paseos verdes. Se destinarán NZ$ 13,3 millones (US$ 9 millones) a esta última intención.
Por otra parte, pero no menos importante en el camino de la descarbonización, se asignarán unos NZ$ 122 millones (US$ 83 millones) para la creación de una flota de transbordadores de la ciudad, que representan hoy por hoy el 21% de las emisiones del transporte público de la ciudad.
Buscarán, dentro de este mismo punto, financiar la llegada de 66 buses de bajas emisiones. Asimismo la creación de nuevas rutas para distribuir el tránsito y evitar los atascos que generan el estancamiento de las emisiones en una sola zona.
“Si bien a nadie le agrada la idea de pagar más tarifas, los habitantes de Auckland nos han dicho claramente que quieren que hagamos más sobre el cambio climático y que mejoremos nuestro sistema de transporte público”, agregó el alcalde que concluyó siendo determinante: “Debemos poder decirles a las generaciones futuras que utilizamos todas las herramientas de la caja de herramientas para abordar la crisis climática.